Estudio de un vistazo:
El estudio: Mujeres postmenopáusicas saludables con tipo de piel I (siempre se quema, nunca se broncea) y II (por lo general se quema, se broncea mínimamente) en la escala de Fitzpatrick fueron asignadas aleatoriamente ya fuera a un grupo de intervención o un grupo de control. El grupo de intervención comió almendras, lo que representó 20% de su consumo calórico diario total (340 calorías por día en promedio), alrededor de 60 gramos por porción. El grupo de control comió un snack que no contenía nueces (una barra de higos, una barra de granola o pretzels). Se pidió a todas las participantes que no consumieran nueces durante el estudio (excepto a las personas del grupo de intervención) y que siguieran su consumo energético diario habitual. De 56 participantes que iniciaron el estudio, 49 mujeres lo completaron.
Se realizaron evaluaciones dermatológicas al inicio del estudio, a la semana 8, a la semana 16 y a la semana 24. Dichas evaluaciones incluyeron medición de arrugas faciales, pigmentación de la piel, pérdida de agua transepidérmica, hidratación de la piel y producción de sebo. 49 mujeres completaron el estudio.
Resultados:
- El análisis de imágenes fotográficas mostró que el grupo que comió almendras presentó reducciones significativas en la severidad de las almendras, en un 15% a la semana 16 y en un 16% a la semana 24, en comparación con el grupo de control (P<0.05).
- La intensidad promedio de pigmentación facial disminuyó 20% a la semana 16 en el grupo que comió almendras y permaneció igual en un 20% a la semana 24. No hubo mejora en la intensidad de pigmentación facial en el grupo de control.
- No hubo cambios en la pérdida de agua transepidérmica en ningún momento en ninguno de los dos grupos.
- Al final del estudio, hubo incrementos en la hidratación de la piel en las mejillas y la frente entre ambos grupos, en comparación con el inicio del estudio.
- Ambos grupos mostraron un aumento significativo en la producción de sebo en las mejillas, pero solo aquellas en el grupo de control mostraron un aumento significativo en la tasa de secreción de sebo en la frente, con un aumento del 45% y del 155% a las semanas 16 y 24, respectivamente (p<0.05).
- El peso corporal permaneció constante para los participantes tanto en el grupo de almendras como en el grupo de control desde el inicio hasta las 24 semanas.
Limitantes del estudio: Debido a que el estudio se limitó a 24 semanas, los resultados no brindan una visión a un plazo más largo ni de los efectos de comer almendras. Asimismo, las participantes del estudio eran mujeres postmenopáusicas con tipos de piel sensibles al sol tipo I y II en la escala de Fitzpatrick, por lo que los resultados no se pueden generalizar para poblaciones de mujeres más jóvenes, hombres o personas con tipo de piel con niveles más altos en la escala de Fitzpatrick. Y, a pesar de que los snacks en ambos grupos tenían las mismas calorías, no tenían la misma cantidad de macronutrientes.
Conclusión: Los resultados de este estudio sugieren que el consumo diario de almendras podría ser un contribuidor alimenticio efectivo para mejorar las arrugas faciales y reducir la pigmentación de la piel entre mujeres postmenopáusicas con tipos de piel I y II en la escala de Fitzpatrick. Nuevos estudios deberían expandir la población de estudio con participantes que sean más jóvenes y que tengan tipos de piel con niveles más altos en la escala de Fitzpatrick.